Muchas especies de algas tienen más del 50% de proteína en su biomasa y esto las convierte en una fuente de proteína altamente deseable.
Las situaciones a lo largo de los años, los cambios en nuestro mundo o hechos que no podemos controlar, hacen que los hábitos de los consumidores se vean modificados; y la alimentación no es una excepción. Como se demuestran en las nuevas tendencias alimentarias que han innovado e incorporándose a la rutina diaria del consumidor. Esto se produce por las diferentes inquietudes a lo largo del tiempo. Por esta razón, las empresas están respondiendo a esta demanda con innovaciones en productos nutricionalmente densos y multifuncionales.
Una de las nuevas tendencias son las algas marinas debido a que se están convirtiendo en un superalimento popular por su alto valor nutricional y su efecto de mejora en la actividad de la glucosa oxidasa, mejorando así directamente al metabolismo de la glucosa y aportando otros beneficios a la salud.
Existen muchos registros sobre el uso histórico de las microalgas en general como nutrientes humanos. Los aztecas usaron como alimento la espirulina del lago de Texcoco alrededor del año 1300. En África durante siglos, la población de Chad ha estado recolectando espirulina y usándola como alimento diariamente. Sin embargo, la era moderna del desarrollo biotecnológico de las microalgas y las cianobacterias comenzó a principios de la década de 1940 y cobró impulso con el primer Simposio de Cultivo Masivo de Algas que se celebró en la Universidad de Stanford (EEUU) en 1952.
La espirulina fue declarada en la Conferencia Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (1974) como el mejor alimento para el futuro, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que la espirulina representa un alimento interesante por múltiples razones, como ser rico en hierro y proteínas, o ser adecuado para administrarse a niños sin ningún tipo de riesgo.
Aunque la espirulina y el alga destacan en suplementos, hay un creciente interés en algas comestibles en ensaladas y guarniciones. Los consumidores consideran a las algas como potentes desintoxicantes y las están incorporando de diversas formas en sus dietas, desde recetas hasta batidos. Las algas marinas poseen altas concentraciones de vitaminas A, B1, B2, C y E; por ejemplo, el alga japonesa Hijiki aporta grandes cantidades de calcio, en niveles muy superiores, en proporción, a los que aporta la leche.
Además, cada tipo de alga es diferente y tiene propiedades distintas. Por ejemplo, el alga nori es rica en vitamina A, la espirulina aporta vitamina B y el wakame destaca por su concentración de vitaminas C y E. Además, contienen moléculas bioactivas que incluyen pigmentos, ácidos grasos poliinsaturados, polisacáridos, polifenoles, etc.
Muchas especies de algas tienen más del 50% de proteína en su biomasa y esto las convierte en una fuente de proteína altamente deseable. Aportan fibra, que ayuda a facilitar la digestión de los alimentos y apenas tienen contenido calórico. Por eso su consumo está especialmente recomendado en dietas.
Las algas marinas tienen altas concentraciones de minerales esenciales, como el yodo, el calcio, el magnesio y el hierro. En general, todas las algas destacan por su elevado aporte de yodo, un mineral fundamental para mantener un funcionamiento adecuado de la glándula tiroides. También son ricas en hierro de fácil absorción.
Las células de algas contienen una variedad de constituyentes bioquímicos que tienen excelentes propiedades nutricionales y antioxidantes que podrían usarse como suplementos. También se pueden consumir en diferentes formas: harina integral de algas, polvo, extracto, homogeneizado o fermentado.
Las propiedades de las sustancias derivadas de las algas, como espesantes, gelificantes y emulsionantes, las convierten en ingredientes muy buscados en la industria alimentaria. Los principales polisacáridos obtenidos de las algas marinas son el alginato, el agar y el carragenano. El agar se utiliza como gelatina vegetariana con alto contenido en fibra. Se utiliza en jaleas de frutas y carnes enlatadas. Muchas investigaciones anteriores han informado sobre las propiedades antivirales, antilipidémicas, antitumorales y antialérgicas de los compuestos biológicamente activos presentes en las algas.
Los principales factores que determinan el éxito de una producción industrial son la cepa de microalgas; el suministro de nutrientes; y los costos de financiación. (Naik, 2024).
Sin embargo, la producción a gran escala de productos de microalgas está limitada por los altos costos de su procesamiento y a los bajos rendimientos de biomasa. Aumentar la producción de biomasa de las microalgas es un tema complicado, debido a que se encuentra suspendida en ambientes líquidos donde su recuperación requiere la incorporación de procesos físicos, químicos, térmicos y/o biológicos. Entre los que se encuentran cultivos simultáneos con bacterias, hongos u otras algas; sedimentación por gravedad; filtración y etapas de concentración. Para contrarrestar esto, actualmente se desarrollan nuevos recursos genéticos para mejorar la recolección de los productos de su crecimiento (Naik, 2024).
En conclusión, además de su elevada calidad nutricional, la producción de microalgas cuenta con otras ventajas como ser fuente de compuestos de alto valor y un bajo impacto ambiental y se considera como una posible alternativa para alimentar a un mundo que sigue incrementando su población. Adicional, es necesario aumentar el esfuerzo de investigación en la búsqueda de nuevos usos y beneficios de la producción de algas; que involucren el aislamiento, la identificación, el cultivo y la optimización del crecimiento de nuevas cepas de microalgas para su aprovechamiento completo. (José Luis García, 2018)
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BIBLIOGRAFÍA
Cognodata. (2024). El consumidor está cambiando: 10 nuevas tendencias alimentarias. Obtenido de https://www.cognodata.com/blog/el-consumidor-esta-cambiando-las-10-nuevas-tendencias-alimentarias/
José Luis García, M. d. (2018). PRESENTE Y FUTURO DEL CULTIVO. Mediterráneo Económico 31, 333-350.
Naik, B. M. (2024). Micro-algae: Revolutionizing food production for a healthy and sustainable future. (Vols. 15, 100939). Journal of Agriculture and Food Research.
Bashari, Mohanad. (2023). Emerging Challenges in Agriculture and Food Science. 10.9734/bpi/mono/978-81-19217-36-6.
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